Recibes una llamada del colegio: tu hijo ha sido sancionado por una conducta inapropiada. El corazón se acelera, la mente se llena de preguntas. ¿Fue justa la sanción? ¿Qué derechos tiene tu hijo? ¿Qué puedes hacer como padre o madre para acompañarlo sin agravar la situación? En esta guía te explicamos cómo actuar, desde el plano educativo y también desde el legal, con base en el derecho administrativo sancionador.
Derecho administrativo sancionador: ¿cómo se aplica en contextos educativos?
El derecho administrativo sancionador es el conjunto de normas que regulan cómo la Administración impone sanciones cuando se incumplen ciertas normas. Aunque parezca alejado del ámbito escolar, en la práctica sus principios se aplican a los reglamentos de convivencia de los colegios, especialmente en centros públicos y concertados.

Cuando un centro educativo impone una sanción disciplinaria —por ejemplo, una expulsión temporal, una amonestación formal o la prohibición de participar en ciertas actividades— está actuando con una función cuasi administrativa. Y por eso debe respetar los derechos del menor, el principio de proporcionalidad, la presunción de inocencia y el derecho a ser escuchado.
Sanciones en colegios: ¿cuándo son legítimas y cuándo se pueden cuestionar?
Las sanciones en colegios deben estar claramente descritas en el reglamento interno del centro. También deben comunicarse formalmente a las familias y respetar el derecho del menor a presentar su versión de los hechos. Esto es especialmente importante en la educación infantil, donde la intervención debe tener siempre una finalidad pedagógica, no punitiva.
Si la sanción no se basa en pruebas claras, si no se ha seguido el procedimiento adecuado o si es desproporcionada respecto a la falta cometida, puede ser objeto de revisión. Aquí es donde algunos padres optan por consultar a abogados para sanciones, especialmente en casos de reincidencia, discriminación o indefensión.
Educación infantil y disciplina: ¿corregir o sancionar?
En las etapas de educación infantil y primaria, la sanción debería ser siempre una oportunidad educativa. Sin embargo, en ocasiones los colegios aplican medidas disciplinarias que pueden afectar emocionalmente al menor: aislamientos, privaciones de recreo, retirada de actividades, etc.
Como padres, es importante:
- Pedir explicaciones claras sobre la medida adoptada.
- Analizar si la sanción ayuda a tu hijo a entender el error o solo lo castiga.
- Acompañarlo emocionalmente para que no asuma la sanción como una etiqueta personal (“soy malo”) sino como una consecuencia temporal.
Abogados para sanciones: ¿cuándo conviene buscar apoyo legal?
No todos los casos requieren asistencia jurídica. Pero si sientes que la sanción ha vulnerado los derechos de tu hijo, si se han repetido medidas disciplinarias injustas o si el colegio no responde de forma clara, consultar con abogados para sanciones puede darte orientación y respaldo.
En estos casos, los abogados para mi hijo deben tener conocimiento tanto del entorno educativo como de la normativa administrativa. Idealmente, estarán familiarizados con el funcionamiento de los centros públicos, la inspección educativa y los derechos del menor.
Qué hacer y qué no hacer si sancionan a tu hijo
Qué hacer:
- Mantén la calma y pide información clara y por escrito.
- Escucha la versión de tu hijo sin prejuzgar.
- Revisa el reglamento de convivencia del centro.
- Solicita una reunión con el tutor o equipo directivo.
- Si lo consideras necesario, busca asesoría legal.
Qué no hacer:
- Actuar por impulso o enfrentarte directamente al profesorado.
- Restarle importancia sin conocer los detalles.
- Presionar a tu hijo sin haber entendido la situación.
- Saltarte el diálogo con el colegio y acudir directamente a instancias superiores.
Conclusión: educar también es enseñar a defenderse con respeto
El sistema educativo forma parte de la sociedad y, como tal, también refleja sus dinámicas de control, norma y sanción. Sin embargo, educar no es castigar, y cuando una sanción aparece en la vida escolar de tu hijo, el desafío es doble: proteger sus derechos sin romper los puentes con la escuela, y convertir el conflicto en una oportunidad de crecimiento.
El derecho administrativo sancionador puede parecer un concepto lejano, pero nos enseña que todo proceso sancionador debe ser justo, proporcional y respetuoso. Y eso, precisamente, es lo que debemos esperar también del entorno educativo.
¿Te ha pasado algo similar con tu hijo? ¿Quieres compartir tu experiencia o hacer una pregunta más específica? Déjanos un comentario o escríbenos: en este espacio, reflexionar sobre cómo hemos cambiado es también una forma de educar.